PLANETA ECOSOCIALISTA
Por Carlos FermÍn
El gran acierto de los griegos y sus Deidades, fue eclipsar al Universo en el bautizo de los ancestrales planetas del Sistema Solar, que por años luz han orbitado la fuente de vida celestial. Lo bélico de Marte y su dios de guerra, hizo del mar Neptuniano la inédita cita de amor que Venus produjo en lo fértil de la Tierra.
Sin embargo, el gran error del mensaje de “Arecibo”, fue la genuina esperanza de organizar el desconocido espacio y tiempo que nos rodea, en un simbolismo criptográfico que ni siquiera el “Big Bang” ha intentado descifrar. La necesidad de autodescubrirnos sin que el fin justifique el medio, ha solapado la astucia de aprovechar lo fortuito de la existencia humana sobre lo inicuo de la vida terrestre.
Desde hace siglos, el Hombre lleva a cuestas el lado bastardo de la Naturaleza, en esas diarias gotas de sangre que atesoran la absurda idolatría de: poblar, destruir, seguir poblando, seguir destruyendo y volver a poblar lo autodestruido. La confusión de ver a los ojos a quien un día fue la Creación, nos obliga a remediar el daño colateral en ocultar la pérdida de lo racional por sobre el instinto trivial.
Las armas, la venganza, el odio, la traición y la soberbia, son el secreto mejor guardado en la confusa sinonimia de guerra que ampara a la Sociedad Moderna a escala global. Priorizar el interés personalista en detrimento del usufructo colectivo, es uno de los problemas más graves suscitados en la interacción Hombre-Medio, no sólo visto como un fenómeno socio-cultural que incentiva los antivalores, sino en la praxis que los países, sus gobiernos e ideologismos transforman en basura constitucional.
Mira quien soy
Y cuando se trata de conceptuar la basura, hay que invocar a USA y sus infames desechos belicistas que siempre reinan en el mundo de las balas perdidas. A punta del chantaje, la conspiración y las intromisiones, sus gobiernos de turno han creado un aleccionador estado de caos que ni siquiera el “Big Bang” asume a mea culpa.
Entre los años de 1.967-1.968, en plena Guerra de Vietnam, la nación americana y su invasión militar, llevó al sudeste asiático toda la toxicidad, gracias al arroje de herbicidas a miles de hectáreas en bosques del país de la península Indochina. Fue un desastre medio ambiental, socio-cultural y una cruel violación de los derechos humanos. Para el mes de agosto del 2012, EEUU invirtió tiempo y lechuga verde para “intentar” descontaminar el área vietnamita; mientras que un mes después, su Cámara de Representantes adoptó una declaración que los acusa de incumplir con los derechos humanos en su territorialidad.
Si usted se pregunta cómo es posible que un régimen abiertamente: etnocida, genocida y ecocida personificado en el gobierno de USA, se atreva a condenar por capricho la realidad ajena de otras naciones, es porque los organismos internacionales pseudo-competentes, léase: la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Unión Europea y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), son los mejores cómplices que le acreditan al país norteño, la posibilidad de siempre quedar libre de denuncias, reclamos y juicios que conllevan a la impunidad a confesión de partes y sin el relevo de pruebas. Si le quedan dudas, podría tomar un vuelo directo a: Hiroshima, Nagasaki, Pennsylvania o al Área 51 y lanzar la moneda al aire en retrospectiva.
En la actualidad, los ingenieros de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA), lograron aterrizar con éxito al amigo intergaláctico “Curiosity”, que es un producto enlatado de la fábrica “Made in Usa” y quien ha dejado algo más que 7 minutos de terror en su enigmático transitar. A la ciencia hay que: amarla, respetarla y compartirla con el resto de la Humanidad. Es una sabia afirmación de la que nunca debemos dudar, pues ignorar la valía del conocimiento, sería como vaciar la magia espiritual de lo que fuimos, somos y podríamos llegar a ser. El Universo es la suprema fuerza existencial que nos hace libres de viajar en el incierto destino hacia lo inimaginable.
El problema, radica cuando los países se apoderan del avance tecnológico para generar políticas públicas que respondan a intereses: personalistas, armamentistas, ocultistas y restrictivos. La llegada el pasado 6 de agosto 2012 de la misión espacial “Mars Science Laboratory” (MSL) al planeta rojo “Marte”, fue una quirúrgica hazaña que hizo soñar tanto a los escépticos científicos como a la ávida comunidad global con el reenfoque en el dualismo: Ciencia-Sociedad. Por un período que augura un par de años, el robot tipo “rover” dirigido por la NASA, ya se dedica a la exploración marciana en la búsqueda de elementos: físicos, químicos y meteorológicos del suelo telúrico.
Lamentablemente, ese ancestral deseo del gobierno de los Estados Unidos en dominar al Mundo sin importar la naturaleza de su modus operandi, sumado a la facilidad con la que sus socios preferenciales apuestan el destino por consumar de sus inocentes víctimas, sólo nos hace presionar el gatillo de la “Curiosidad” con nuestra mejor arma: la palabra. Toda la expectativa y el despilfarro económico en ese artilugio “gringo”, ha dado unas borrosas fotos de tierra marciana, indicó el estado del tiempo climatológico, se autorretrató uno de sus brazos mecánicos y envió un “tweet” para todos sus seguidores que decía “Estoy seguro en la superficie de Marte”. La verdad, es que aunque consiga a ALF, es preferible que siga por los caminos foráneos, ya que aquí en nuestra olvidada Tierra se viven otro tipo de inseguridades,
¿Sabes cuán atroz ha sido la inversión detrás de ese pedazo de hojalata interplanetaria? Si, es cierto, cada país es independiente de administrar sus recursos a su propia conveniencia, y definitivamente eso es una colosal realidad para EEUU, pero si llegas a entender que ahora mismo, justo cuando te aferras a mi pensamiento, hay cientos de personas que: mueren por desidia, niños que padecen el inclemente frío de la calle, individuos que pierden la vida por coches bombas, gente que paga con sangre una absurda confrontación religiosa, almas que por dinero se fulminan la mente al caer presos de un sistema “Made in Usa”; que es el principal culpable de alentar a diario toda esa hostilidad, amén de prometerles una gloria norteña celestial que traiciona y los lleva a ese infernal destino que se escribe en letras rojas.
Ciencia para todos
Pese a ello, la República Bolivariana de Venezuela, si ha podido lidiar exitosamente con la necesidad de una revolución ecosocialista, que ampara: la inclusión social, el Humanismo y la dignificación de la clase trabajadora, pero que a su vez, estima el valor de la Ciencia como potencialidad capaz de generar respuestas positivas de cambio en la interacción Hombre-Medio. El aprendizaje de las nociones básicas de la Astronomía, el trascender los horizontes bolivarianos al Espacio y las propuestas audiovisuales científicas para todos, son expresiones vanguardistas en pro de construir una Patria independiente.
El Satélite VENESAT-1 (Simón Bolívar), ascendió en el año 2008 a la órbita geoestacionaria de Clarke. 959, encontrándose a una altura de 35.784,04 km de la superficie de la Tierra. Es el primer satélite artificial propiedad del Estado Venezolano lanzado desde el país asiático de China. Lo administra, el Ministerio del Poder Popular para la Ciencia, Tecnología e Innovación (MCTI), a través de la Agencia Bolivariana para Actividades Espaciales (ABAE). Además, se contempla para el “uso pacífico del espacio exterior”, un aspecto que como relatamos anteriormente, es de gran valía para crear proyectos científicos bien intencionados y al servicio de la colectividad universal.
Tras su lanzamiento, el Satélite bolivariano ha proyectado su sentir tecno-socialista, al estar conectado de forma remota por ejemplo, con más de 200 Mercales, que son automercados de la Revolución en que la gente encuentra productos de primera necesidad a precios justos y sin la mano del especulador. Hay más de 1.500 escuelas vinculadas telemáticamente al artefacto espacial. Mientras que se crearon servicios de telecomunicaciones a centros de salud en áreas rurales y se ha respaldado la soberanía nacional al interconectar bases militares de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
Si bien en muchos países, los avances científicos sólo se refrendan dentro de la propia comunidad tecnológica, en Venezuela tienen un fin de integración social y de ayuda a las comunidades. En la Escuela Nacional Bolivariana “Laguna de Sinamaica”, en el estado Zulia, que alberga en su mayoría a niños de pueblos indígenas, se instaló la antena 5 mil que se conectará al satélite “Simón Bolívar”, lo que permitirá realizar conexiones inalámbricas a la Internet y por ende, los chicos podrán extender sus conocimientos en la Web, siempre y cuando se hallen junto a la orientación de sus maestros.
También a resaltar, el Satélite “Miranda” (VRSS-1), que se eleva como un observador remoto destinado a la toma de imágenes digitales en alta resolución de nuestro territorio criollo. De tecnología espacial China, se propone a crear representaciones visuales de valía para el Estado venezolano, mediante la “Geomática”, vista como una disciplina que provee los medios para la: captura, tratamiento y análisis de la información satelital. Cabe mencionar, que su uso se extenderá como plataforma de apoyo en la gestión Ambiental venezolana, permitiendo que la toma de decisiones ecológicas, relacionadas a: los recursos naturales, la biodiversidad y sus ecosistemas, tenga tanto el monitoreo como el registro satelital que garantice el bienestar “verde” de la Tierra.
Por otro lado, el “Astrobus”, es un vehículo itinerante equipado con una serie de productos didácticos astronómicos para que la comunidad en general se acerque más a los temas de índole científica. De la mano del Centro de Investigaciones de Astronomía (Cida), su función principal es la popularización de la Ciencia, sobre todo, a la niñez venezolana, que necesita comprender principios básicos del Universo. A diferencia de la “Curiosidad” yanqui, el carro espacial bolivariano se adentra en la cotidianidad de los pueblos al visitar lugares inhóspitos de la geografía criolla, con el fin de gravitar el mensaje a todos. Se realizan charlas del: cielo nocturno, el planisferio celeste, distancias solares, así como la entrega de materiales impresos y audiovisuales que despierten la “Curiosidad” física, humana y participativa en revelar los misterios del Cosmos.
Ayuda a la Tierra
Lograr que la asociación: Ciencia-Ecología, sea una agradable realidad en el diario proceso de aprendizaje que los niños y las comunidades venezolanas construyen con el Medio Ambiente, sería una alternativa social integral. La idea de que los organismos públicos y privados se avoquen a fusionar proyectos mancomunados, como el “Astrobus” o las “Aldeas ecológicas”, representaría el compromiso de la Patria bolivariana con la infancia criolla y propiciar el interés en ambas temáticas.
En la actualidad, vivimos dentro de una gran indiferencia ecológica. Muchos esperan el advenir de seres bíblicos, la llegada de extraterrestres invasores, el regreso de quienes ya cruzaron el umbral de la vida, y un sin fin de plegarias que nos alejan más de lo que realmente somos. Mira a tu alrededor ¿Lo ves? Es la respuesta de cambio que necesitamos internalizar, para ayudar a que lo fértil de la Tierra, siga siendo el gran acierto de los griegos y sus deidades.
EMAIL: [email protected]
Sin embargo, el gran error del mensaje de “Arecibo”, fue la genuina esperanza de organizar el desconocido espacio y tiempo que nos rodea, en un simbolismo criptográfico que ni siquiera el “Big Bang” ha intentado descifrar. La necesidad de autodescubrirnos sin que el fin justifique el medio, ha solapado la astucia de aprovechar lo fortuito de la existencia humana sobre lo inicuo de la vida terrestre.
Desde hace siglos, el Hombre lleva a cuestas el lado bastardo de la Naturaleza, en esas diarias gotas de sangre que atesoran la absurda idolatría de: poblar, destruir, seguir poblando, seguir destruyendo y volver a poblar lo autodestruido. La confusión de ver a los ojos a quien un día fue la Creación, nos obliga a remediar el daño colateral en ocultar la pérdida de lo racional por sobre el instinto trivial.
Las armas, la venganza, el odio, la traición y la soberbia, son el secreto mejor guardado en la confusa sinonimia de guerra que ampara a la Sociedad Moderna a escala global. Priorizar el interés personalista en detrimento del usufructo colectivo, es uno de los problemas más graves suscitados en la interacción Hombre-Medio, no sólo visto como un fenómeno socio-cultural que incentiva los antivalores, sino en la praxis que los países, sus gobiernos e ideologismos transforman en basura constitucional.
Mira quien soy
Y cuando se trata de conceptuar la basura, hay que invocar a USA y sus infames desechos belicistas que siempre reinan en el mundo de las balas perdidas. A punta del chantaje, la conspiración y las intromisiones, sus gobiernos de turno han creado un aleccionador estado de caos que ni siquiera el “Big Bang” asume a mea culpa.
Entre los años de 1.967-1.968, en plena Guerra de Vietnam, la nación americana y su invasión militar, llevó al sudeste asiático toda la toxicidad, gracias al arroje de herbicidas a miles de hectáreas en bosques del país de la península Indochina. Fue un desastre medio ambiental, socio-cultural y una cruel violación de los derechos humanos. Para el mes de agosto del 2012, EEUU invirtió tiempo y lechuga verde para “intentar” descontaminar el área vietnamita; mientras que un mes después, su Cámara de Representantes adoptó una declaración que los acusa de incumplir con los derechos humanos en su territorialidad.
Si usted se pregunta cómo es posible que un régimen abiertamente: etnocida, genocida y ecocida personificado en el gobierno de USA, se atreva a condenar por capricho la realidad ajena de otras naciones, es porque los organismos internacionales pseudo-competentes, léase: la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Unión Europea y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), son los mejores cómplices que le acreditan al país norteño, la posibilidad de siempre quedar libre de denuncias, reclamos y juicios que conllevan a la impunidad a confesión de partes y sin el relevo de pruebas. Si le quedan dudas, podría tomar un vuelo directo a: Hiroshima, Nagasaki, Pennsylvania o al Área 51 y lanzar la moneda al aire en retrospectiva.
En la actualidad, los ingenieros de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA), lograron aterrizar con éxito al amigo intergaláctico “Curiosity”, que es un producto enlatado de la fábrica “Made in Usa” y quien ha dejado algo más que 7 minutos de terror en su enigmático transitar. A la ciencia hay que: amarla, respetarla y compartirla con el resto de la Humanidad. Es una sabia afirmación de la que nunca debemos dudar, pues ignorar la valía del conocimiento, sería como vaciar la magia espiritual de lo que fuimos, somos y podríamos llegar a ser. El Universo es la suprema fuerza existencial que nos hace libres de viajar en el incierto destino hacia lo inimaginable.
El problema, radica cuando los países se apoderan del avance tecnológico para generar políticas públicas que respondan a intereses: personalistas, armamentistas, ocultistas y restrictivos. La llegada el pasado 6 de agosto 2012 de la misión espacial “Mars Science Laboratory” (MSL) al planeta rojo “Marte”, fue una quirúrgica hazaña que hizo soñar tanto a los escépticos científicos como a la ávida comunidad global con el reenfoque en el dualismo: Ciencia-Sociedad. Por un período que augura un par de años, el robot tipo “rover” dirigido por la NASA, ya se dedica a la exploración marciana en la búsqueda de elementos: físicos, químicos y meteorológicos del suelo telúrico.
Lamentablemente, ese ancestral deseo del gobierno de los Estados Unidos en dominar al Mundo sin importar la naturaleza de su modus operandi, sumado a la facilidad con la que sus socios preferenciales apuestan el destino por consumar de sus inocentes víctimas, sólo nos hace presionar el gatillo de la “Curiosidad” con nuestra mejor arma: la palabra. Toda la expectativa y el despilfarro económico en ese artilugio “gringo”, ha dado unas borrosas fotos de tierra marciana, indicó el estado del tiempo climatológico, se autorretrató uno de sus brazos mecánicos y envió un “tweet” para todos sus seguidores que decía “Estoy seguro en la superficie de Marte”. La verdad, es que aunque consiga a ALF, es preferible que siga por los caminos foráneos, ya que aquí en nuestra olvidada Tierra se viven otro tipo de inseguridades,
¿Sabes cuán atroz ha sido la inversión detrás de ese pedazo de hojalata interplanetaria? Si, es cierto, cada país es independiente de administrar sus recursos a su propia conveniencia, y definitivamente eso es una colosal realidad para EEUU, pero si llegas a entender que ahora mismo, justo cuando te aferras a mi pensamiento, hay cientos de personas que: mueren por desidia, niños que padecen el inclemente frío de la calle, individuos que pierden la vida por coches bombas, gente que paga con sangre una absurda confrontación religiosa, almas que por dinero se fulminan la mente al caer presos de un sistema “Made in Usa”; que es el principal culpable de alentar a diario toda esa hostilidad, amén de prometerles una gloria norteña celestial que traiciona y los lleva a ese infernal destino que se escribe en letras rojas.
Ciencia para todos
Pese a ello, la República Bolivariana de Venezuela, si ha podido lidiar exitosamente con la necesidad de una revolución ecosocialista, que ampara: la inclusión social, el Humanismo y la dignificación de la clase trabajadora, pero que a su vez, estima el valor de la Ciencia como potencialidad capaz de generar respuestas positivas de cambio en la interacción Hombre-Medio. El aprendizaje de las nociones básicas de la Astronomía, el trascender los horizontes bolivarianos al Espacio y las propuestas audiovisuales científicas para todos, son expresiones vanguardistas en pro de construir una Patria independiente.
El Satélite VENESAT-1 (Simón Bolívar), ascendió en el año 2008 a la órbita geoestacionaria de Clarke. 959, encontrándose a una altura de 35.784,04 km de la superficie de la Tierra. Es el primer satélite artificial propiedad del Estado Venezolano lanzado desde el país asiático de China. Lo administra, el Ministerio del Poder Popular para la Ciencia, Tecnología e Innovación (MCTI), a través de la Agencia Bolivariana para Actividades Espaciales (ABAE). Además, se contempla para el “uso pacífico del espacio exterior”, un aspecto que como relatamos anteriormente, es de gran valía para crear proyectos científicos bien intencionados y al servicio de la colectividad universal.
Tras su lanzamiento, el Satélite bolivariano ha proyectado su sentir tecno-socialista, al estar conectado de forma remota por ejemplo, con más de 200 Mercales, que son automercados de la Revolución en que la gente encuentra productos de primera necesidad a precios justos y sin la mano del especulador. Hay más de 1.500 escuelas vinculadas telemáticamente al artefacto espacial. Mientras que se crearon servicios de telecomunicaciones a centros de salud en áreas rurales y se ha respaldado la soberanía nacional al interconectar bases militares de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
Si bien en muchos países, los avances científicos sólo se refrendan dentro de la propia comunidad tecnológica, en Venezuela tienen un fin de integración social y de ayuda a las comunidades. En la Escuela Nacional Bolivariana “Laguna de Sinamaica”, en el estado Zulia, que alberga en su mayoría a niños de pueblos indígenas, se instaló la antena 5 mil que se conectará al satélite “Simón Bolívar”, lo que permitirá realizar conexiones inalámbricas a la Internet y por ende, los chicos podrán extender sus conocimientos en la Web, siempre y cuando se hallen junto a la orientación de sus maestros.
También a resaltar, el Satélite “Miranda” (VRSS-1), que se eleva como un observador remoto destinado a la toma de imágenes digitales en alta resolución de nuestro territorio criollo. De tecnología espacial China, se propone a crear representaciones visuales de valía para el Estado venezolano, mediante la “Geomática”, vista como una disciplina que provee los medios para la: captura, tratamiento y análisis de la información satelital. Cabe mencionar, que su uso se extenderá como plataforma de apoyo en la gestión Ambiental venezolana, permitiendo que la toma de decisiones ecológicas, relacionadas a: los recursos naturales, la biodiversidad y sus ecosistemas, tenga tanto el monitoreo como el registro satelital que garantice el bienestar “verde” de la Tierra.
Por otro lado, el “Astrobus”, es un vehículo itinerante equipado con una serie de productos didácticos astronómicos para que la comunidad en general se acerque más a los temas de índole científica. De la mano del Centro de Investigaciones de Astronomía (Cida), su función principal es la popularización de la Ciencia, sobre todo, a la niñez venezolana, que necesita comprender principios básicos del Universo. A diferencia de la “Curiosidad” yanqui, el carro espacial bolivariano se adentra en la cotidianidad de los pueblos al visitar lugares inhóspitos de la geografía criolla, con el fin de gravitar el mensaje a todos. Se realizan charlas del: cielo nocturno, el planisferio celeste, distancias solares, así como la entrega de materiales impresos y audiovisuales que despierten la “Curiosidad” física, humana y participativa en revelar los misterios del Cosmos.
Ayuda a la Tierra
Lograr que la asociación: Ciencia-Ecología, sea una agradable realidad en el diario proceso de aprendizaje que los niños y las comunidades venezolanas construyen con el Medio Ambiente, sería una alternativa social integral. La idea de que los organismos públicos y privados se avoquen a fusionar proyectos mancomunados, como el “Astrobus” o las “Aldeas ecológicas”, representaría el compromiso de la Patria bolivariana con la infancia criolla y propiciar el interés en ambas temáticas.
En la actualidad, vivimos dentro de una gran indiferencia ecológica. Muchos esperan el advenir de seres bíblicos, la llegada de extraterrestres invasores, el regreso de quienes ya cruzaron el umbral de la vida, y un sin fin de plegarias que nos alejan más de lo que realmente somos. Mira a tu alrededor ¿Lo ves? Es la respuesta de cambio que necesitamos internalizar, para ayudar a que lo fértil de la Tierra, siga siendo el gran acierto de los griegos y sus deidades.
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