LA RESPUESTA
Por Carlos Fermín
PRIMER CASO
La violencia es el pan de cada día en los países latinoamericanos y mucho más allá de nuestras fronteras, Nada nuevo en el panorama social que por desgracia destruye la razón de la sociedad civil y aviva la razón de los rebeldes sin causa. Hemos visto como la gente sale a las calles, para saquear tiendas de electrodomésticos, queman cauchos en las principales autopistas y agarran una cacerola que chocan con vileza. Se roban los unos a los otros. Se enloquecen por la codicia tecnológica y se oscurece todavía más el viento del pacifismo. No conseguimos nada que valga la pena recordar. El precio de la irracionalidad se lleva la vida de víctimas que caen en pie de lucha hasta su muerte. A cada hora y a cada instante se roban teléfonos celulares, automóviles y motocicletas. Nadie quiere exponer su pellejo por la curiosidad e matar a alguién, pero cuando ese alguién jamás está dispuesto a ayudarte y a brindarte una mano amiga, tan sólo queda esperar que los demonios ataquen a mano armada y encendiendo el huracán del crimen organizado que nunca terminará de corromper a la Humanidad.
Si Patricia se mató 10 años trabajando como maestra para finalmente comprarse el carro de sus sueños, no creemos que Patricia vaya a permitir que el ladrón que la espera afuera del estacionamiento, le quite su recién comprado carro frente a sus orgullosos ojos. Obviamente opuso resistencia al robo y ahora se halla cuatro metros bajo tierra. Nos acostumbramos a cavar el hoyo de nuestra propia tumba, cada día y a cada momento, es como si en el fondo necesitamos esa adrenalina para salir del elevado sótano que se encuentra en el fondo del ático. Es la eterna maldición de hacer todo lo que los demás hacen, sin medir las consecuencias de ese desenfrenado destino. Al final, el alma de Patricia vaga por las ciudades urbanizadas del Mundo, buscando un consuelo divino que le permita retrodecer el tiempo, para que cuando se vuelva a enfrentar con el ladrón, vuelva a oponer resistencia al robo para no perder el espectacular carro de sus sueños.
La violencia es el pan de cada día en los países latinoamericanos y mucho más allá de nuestras fronteras, Nada nuevo en el panorama social que por desgracia destruye la razón de la sociedad civil y aviva la razón de los rebeldes sin causa. Hemos visto como la gente sale a las calles, para saquear tiendas de electrodomésticos, queman cauchos en las principales autopistas y agarran una cacerola que chocan con vileza. Se roban los unos a los otros. Se enloquecen por la codicia tecnológica y se oscurece todavía más el viento del pacifismo. No conseguimos nada que valga la pena recordar. El precio de la irracionalidad se lleva la vida de víctimas que caen en pie de lucha hasta su muerte. A cada hora y a cada instante se roban teléfonos celulares, automóviles y motocicletas. Nadie quiere exponer su pellejo por la curiosidad e matar a alguién, pero cuando ese alguién jamás está dispuesto a ayudarte y a brindarte una mano amiga, tan sólo queda esperar que los demonios ataquen a mano armada y encendiendo el huracán del crimen organizado que nunca terminará de corromper a la Humanidad.
Si Patricia se mató 10 años trabajando como maestra para finalmente comprarse el carro de sus sueños, no creemos que Patricia vaya a permitir que el ladrón que la espera afuera del estacionamiento, le quite su recién comprado carro frente a sus orgullosos ojos. Obviamente opuso resistencia al robo y ahora se halla cuatro metros bajo tierra. Nos acostumbramos a cavar el hoyo de nuestra propia tumba, cada día y a cada momento, es como si en el fondo necesitamos esa adrenalina para salir del elevado sótano que se encuentra en el fondo del ático. Es la eterna maldición de hacer todo lo que los demás hacen, sin medir las consecuencias de ese desenfrenado destino. Al final, el alma de Patricia vaga por las ciudades urbanizadas del Mundo, buscando un consuelo divino que le permita retrodecer el tiempo, para que cuando se vuelva a enfrentar con el ladrón, vuelva a oponer resistencia al robo para no perder el espectacular carro de sus sueños.
SEGUNDO CASO
Pasemos al espinoso tema de las redes sociales, esa necesidad de abrir un perfil y empezar a interactuar con una serie de seres virtuales disfrazados de hombres de carne y hueso. El deseo de insultar a los demás de forma anómina es una tentación muy sabrosa como para no caer en sus brazos. Fingir interés común, enviar links de informaciones que nunca hemos leído ni entendido, dar "likes" cuando me gusta y muchos "dislikes" cuando no me gusta, suplicarle a gente desconocida que se suscriba a tu canal, que te adhieran a los círculos, y que te manden a servir espárragos junto a la inolvidable Tía Teresa.
Más que un hobby, termina siendo un trabajo, una obsesión y finalmente la perdición del Ser. El ego de la mente quiere más seguidores, más pulgares levantados y muchos más "likes" que justifiquen abandonar las cosas que realmente valen la pena seguir, conocer y disfrutar en la vida terrenal que vivimos a cualquier sagrado segundo. Sin darnos cuenta, estamos cayendo presos en una mentira virtual, que nos retiene pegados a la pantalla de la tableta, del teléfono celular o del monitor de la computadora. Empezamos a ser parte de una verdadera red social, de una secta, de un adoctrinamiento que obliga a consumir todos los productos que nos envían en un link, en un archivo adjunto o a través del instagrama. Que fea sensación es ver como el Sol de la mañana, pasa por el ocaso vespertino y llega a la oscuridad de la Luna, mientras nosotros seguimos pegados a la pantalla, chateando con los desconocidos de siempre y desinformándonos en el umbral del limbo.
Pasemos al espinoso tema de las redes sociales, esa necesidad de abrir un perfil y empezar a interactuar con una serie de seres virtuales disfrazados de hombres de carne y hueso. El deseo de insultar a los demás de forma anómina es una tentación muy sabrosa como para no caer en sus brazos. Fingir interés común, enviar links de informaciones que nunca hemos leído ni entendido, dar "likes" cuando me gusta y muchos "dislikes" cuando no me gusta, suplicarle a gente desconocida que se suscriba a tu canal, que te adhieran a los círculos, y que te manden a servir espárragos junto a la inolvidable Tía Teresa.
Más que un hobby, termina siendo un trabajo, una obsesión y finalmente la perdición del Ser. El ego de la mente quiere más seguidores, más pulgares levantados y muchos más "likes" que justifiquen abandonar las cosas que realmente valen la pena seguir, conocer y disfrutar en la vida terrenal que vivimos a cualquier sagrado segundo. Sin darnos cuenta, estamos cayendo presos en una mentira virtual, que nos retiene pegados a la pantalla de la tableta, del teléfono celular o del monitor de la computadora. Empezamos a ser parte de una verdadera red social, de una secta, de un adoctrinamiento que obliga a consumir todos los productos que nos envían en un link, en un archivo adjunto o a través del instagrama. Que fea sensación es ver como el Sol de la mañana, pasa por el ocaso vespertino y llega a la oscuridad de la Luna, mientras nosotros seguimos pegados a la pantalla, chateando con los desconocidos de siempre y desinformándonos en el umbral del limbo.
TERCER CASO
Es tiempo de preguntarnos ¿Dé dónde venimos? Cada día la intriga de descubrir todo sobre el celestial Universo, nos hace que olvidemos la universalidad de la vida. Abre el sarcófago y empezamos con el Big Bnag, con el nacimiento de los átomos, con el colapso del Sol, con la existencia de seres extraterrestres, con las 11 puertas dimensionales, con la creación bíblica de azul o con el pasado funesto de rojo, y con cualquier otra preposición que recordemos. Mientras más sabemos mucho más sabemos todo lo que nunca sabremos. Aunque la duda libera, la arrogancia traiciona. En este Mundo es un verdadero privilegio pensar en estos cúmulos gravitacionales, sin considerar los infinitos problemas sociales que vive la Sociedad Moderna. Un poco de ciencia altruista es mejor que una ciencia ocultista. Y nunca creer en lo que creemos nos hace más libres, para sentirnos en calma con las calamidades que son capaces de cometer los Seres Humanos. Nadie comparte la regla de tres, porque tres siempre serán la multitud del egoísmo confeso que llevamos por dentro. Despertando por dentro es una sensación que nos llevaremos de recuerdo cuando seamos conscientes por fuera. La división entre ambas oraciones, nos alejará del vacío existencial que nos hace preguntar todo lo aprendido.
Es tiempo de preguntarnos ¿Dé dónde venimos? Cada día la intriga de descubrir todo sobre el celestial Universo, nos hace que olvidemos la universalidad de la vida. Abre el sarcófago y empezamos con el Big Bnag, con el nacimiento de los átomos, con el colapso del Sol, con la existencia de seres extraterrestres, con las 11 puertas dimensionales, con la creación bíblica de azul o con el pasado funesto de rojo, y con cualquier otra preposición que recordemos. Mientras más sabemos mucho más sabemos todo lo que nunca sabremos. Aunque la duda libera, la arrogancia traiciona. En este Mundo es un verdadero privilegio pensar en estos cúmulos gravitacionales, sin considerar los infinitos problemas sociales que vive la Sociedad Moderna. Un poco de ciencia altruista es mejor que una ciencia ocultista. Y nunca creer en lo que creemos nos hace más libres, para sentirnos en calma con las calamidades que son capaces de cometer los Seres Humanos. Nadie comparte la regla de tres, porque tres siempre serán la multitud del egoísmo confeso que llevamos por dentro. Despertando por dentro es una sensación que nos llevaremos de recuerdo cuando seamos conscientes por fuera. La división entre ambas oraciones, nos alejará del vacío existencial que nos hace preguntar todo lo aprendido.
En los tres casos comentados, se siente la necesidad afectiva, social y existencial de sentir que pertenecemos a una razón, que justifique levantarnos de la cama, estar de pie e iniciar el paso a paso de un nuevo día. Pero detrás de toda esa confusión, lo que se esconde es una grandísima SOLEDAD, que refleja y refracta la falta de amor en la vida. La ausencia de un cálido abrazo, de un beso genuino, de una sonrisa optimista o de un hombro que escuche nuestros problemas, es lo que nos lleva a pasar tantas horas frente a la computadora, a comprar cualquier cosa que el consumismo venda y a preguntarnos aspectos del origen de la vida, que muy pero muy en el fondo, NO nos interesa resolver en absoluto, sobre todo, porque si algún día lo llegamos a revelar, la realidad que vivimos emocionalmente no cambiaría en absoluto. Al final, lo único que vale la pena en la vida es pasar tiempo de calidad con nuestros sreres queridos, como familiares y amigos. En caso de no tenerlos, pues es mejor estar solo que mal acompañado, y no desperdiciar el tiempo conversando con desconocidos en las peligrosas redes sociales.
Cuando obsequiamos amor sincero, vamos logrando una sensación de plenitud emocional que aplaca el vacío espiritual que sentimos por dentro. Aunque siempre es más fácil criticar, juzgar e insultar a nuestros semejantes, es mejor aprender de los errores y empezar a autodescubrirnos en la sagrada oración de la vida.
¿Te atreves?
Cuando obsequiamos amor sincero, vamos logrando una sensación de plenitud emocional que aplaca el vacío espiritual que sentimos por dentro. Aunque siempre es más fácil criticar, juzgar e insultar a nuestros semejantes, es mejor aprender de los errores y empezar a autodescubrirnos en la sagrada oración de la vida.
¿Te atreves?